El número 13 se ha asociado durante siglos a la mala suerte, hasta el punto de que los ascensores de muchos edificios o las hileras de algunas compañías aéreas no incluyen esta cifra. A menudo nos referimos a este número como 12+1 por no tener que pronunciar su nombre.
También hay gente que, precisamente por el hecho de que sea un número especial, apuestan por el 13 cuando buscan la fortuna. En el sorteo de la lotería que se celebra en España por Navidad, cada año la terminación en 13 está entre las más buscadas. Sucede lo mismo en los juegos de azar en general y en los casinos y, mientras que unos lo evitan, otros “desafían” a la mala suerte apostando por él – el 13 se suele ver como un número “desamparado”.
Tanto en la lotería como en otros juegos como la ruleta, en realidad, el número 13 tiene las mismas probabilidades de resultar ganador que cualquier otro. La asociación de esta cifra con la mala fortuna tiene que ver con mitos y leyendas sin base científica. Algunos lo creen, otros no y otros dicen que no creen, pero evitan el 13 “por si acaso”. Pero ¿de dónde vienen estas creencias?
La fobia por el 13 está muy arraigada en Occidente e incluso hay una palabra específica para definir este miedo irracional: la triscaidecafobia. El origen de esta superstición es muy antiguo y ya estaba presente en culturas de distintas épocas, muy diferentes entre sí. Los egipcios creían que la vida se dividía en distintas fases, y la número 13 se correspondía con la muerte. Entrando en lo espiritual y lo divino, son varias las creencias que hablan de 13 demonios, brujas o espíritus malignos, como en la Cábala, o sitúan al personaje 13 de un grupo como el maligno, como ocurre con Judas Iscariote, que fue el 13º invitado a la Última Cena. En la cultura nórdica, también el 13 se asocia con alguien malvado, y es por culpa del ser mitológico Loki, conocido por ser el dios de la mentira y el engaño, y que es popular en la actualidad por haber sido recuperado por Marvel y las películas de Los Vengadores. Loki es el dios nº13 dentro del panteón de la mitología nórdica.
Si hablamos de hechos concretos, se suelen citar dos anécdotas distintas como origen de la superstición referente al número 13.
En 1760 a. C., el rey de Babilonia mandó redactar una serie de reglas que formaron el código de Hammurabi. Estas normas van numeradas y falta justo la número 13, aunque se cree que fue un error en la traducción.
Otro hecho que explicaría la asociación del 13 con la mala fortuna se sitúa en la Edad Media, época en la que se empezó a popularizar esta superstición. El viernes 13 de octubre de 1307 fueron quemados los Templarios; Jacques De Molay, último gran maestre, lanzó desde la hoguera una maldición contra los impulsores de la matanza, que acabaron falleciendo dentro del plazo que De Molay había fijado.
Martes 13 y Viernes 13
Esa quema de los Templarios se utiliza también para explicar por qué el viernes 13 es un día relacionado con la mala suerte. A esta fobia se le denomina parascevedecatriafobia o friggaatriscaidecafobia.
En la mayoría de países occidentales es el viernes 13 el día de la mala suerte, aunque en los de habla hispana y en Grecia se trata del martes. En ambos casos se trata de creencias muy antiguas, más en el caso del martes 13.
El dios romano de la guerra y la destrucción era Marte, y fue un martes y 13 cuando en la Torre de Babel se produjo la confusión de idiomas. Para los egipcios era el día en que nació Tifón, dios de los huracanes, y para los otomanos siempre ha sido un día de infortunio, por lo que también los turcos siguen el típico refrán de “ni te cases, ni te embarques”.
En cuanto al viernes 13, ya desde la época de los Templarios, incluso puede que antes, se ha ido asociando una serie de desgracias a este día. Probablemente se trate de un fenómeno de memoria selectiva: se recuerdan las tragedias ocurridas en viernes 13 porque ocurrieron en esa fecha considerada de mal fario, mientras que no se tienen en cuenta todos los infortunios que ocurren otros días. En cualquier caso, sucesos como los incendios del estado de Victoria en Australia, que quemaron cerca de 20.000 km² en 1939, el accidente del avión conocido como El Milagro de los Andes que se intentó retratar en la película Viven, o el hundimiento del crucero italiano Costa Concordia en 2012, se produjeron un viernes 13.
Números de la mala suerte en otras culturas
No en todas partes el número de la mala suerte es el 13. Al hablar de los juegos de azar veíamos como son muchos a quienes les gusta desafiar esa creencia y juegan al 13. En el mundo Oriental esto no es ningún desafío, el número 13 no tiene ninguna connotación negativa.
En China el número de la mala suerte es el 4 porque en las lenguas chinas tiene una pronunciación muy similar a la de la palabra muerte. En Japón también el 4 es negativo por su asociación con el sufrimiento, aunque el número de la mala suerte es el 9.
En Italia pasa algo parecido a lo que sucede con el idioma chino, aunque con el número 17, ya desde el tiempo de los romanos. El 17 en números romanos es XVII, los mismos símbolos que se utilizan en VIXI, el pasado de vivir o “viví”, es decir, ya no tengo vida.
Aunque sean supersticiones, al final siempre se puede buscar una explicación lógica al origen de las mismas. De hecho, se cree que el 13 da mala suerte simplemente porque viene después del 12, considerado un número perfecto. Dividimos los días en 12 horas entre el día y la noche, y también el calendario occidental está estructurado en 12 meses. El 13, sin embargo, es un solitario número que sólo es divisible por 1 y por sí mismo.