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Infórmese sobre cómo funcionan los generadores de números de manera aleatoria que se utilizan en las plataformas digitales y cómo se recrea esta aleatoriedad para garantizar en la mayor medida posible que la selección de una determinada cifra se realiza de forma totalmente fortuita.
En la vida real la casualidad forma parte de la naturaleza. En el lanzamiento de un dado, todos los números tienen la misma probabilidad de aparecer (1/6). Si se lanzan dos dados, las probabilidades de las sumas de que se obtengan sí que cambian, ya que hay unos números más posibles que otros (por ejemplo, hay muchas más probabilidades de que los dos dados sumen 7 a que sumen 2). Estas probabilidades se pueden calcular, podemos conocer cómo de probable será que aparezca un 7 o un 2, pero lo que no podemos saber es qué saldrá realmente cuando lancemos los dados. Esa es la base de la aleatoriedad.
En un entorno digital, en el que realmente todo son matemáticas, añadir ese elemento de la casualidad es un reto, pero es realizable gracias a los llamados “generadores de números aleatorios” (RNG, random number generator). Se trata de un software informático que se utiliza para reproducir artificialmente esa aleatoriedad que es natural en la vida real.
En el pasado, para calcular las probabilidades de que saliera determinado número en el lanzamiento de dados o que apareciera una carta en concreto después de haberlas barajado, se tiraba varias veces o se sacaban varias cartas para ir apuntando los resultados. Este trabajo mecánico se realiza multiplicado por millones de veces y con mucha rapidez y precisión en los softwares de RNG.
Las loterías de muchos países o las máquinas tragaperras, por ejemplo, utilizan estos RNG. Desde la llegada de internet y la aparición del juego online, se ha trabajado mucho para asegurarse de que los números que se extraen en los sorteos de lotería o las cartas que se reparten en una mesa de casino virtual han sido elegidos de manera aleatoria. La regulación de estas industrias obliga a que haya empresas independientes que certifiquen que estos generadores de números realmente son aleatorios.
El funcionamiento de los RNG depende de operaciones matemáticas pero para asegurar que estas operaciones no sufren ninguna manipulación, entra en juego el famoso concepto de la encriptación. El trabajo de esas compañías que se dedican a supervisar el uso de los RNG consiste tanto en controlar que el software funcione correctamente como que el encriptado del mismo es seguro.
El objetivo de estos simuladores digitales de números aleatorios es ofrecer la misma experiencia que en el mundo físico. La idea es reproducir en el mundo virtual el mismo proceso que se produce cuando tenemos un bombo real con bolas, lo giramos y extraemos una. Es la base del negocio del juego online, por lo que se lleva años trabajando para mejorar constantemente las distintas versiones de los RNG. Hoy en día se ha alcanzado un nivel en el que está demostrado que la aleatoriedad digital es prácticamente la misma que la del mundo real. Nunca se puede hablar de un 100% de probabilidades (para hablar de probabilidades siempre hay que tener como mínimo dos resultados posibles) pero el porcentaje de efectividad está muy cerca.